El Boston Consulting Group (BCG) ha ofrecido algunos elementos de reflexión para aquellos de nosotros que coqueteamos con la idea de dejar que la IA haga el trabajo pesado. En un estudio realizado entre 750 consultores, BCG descubrió que el uso de herramientas de IA como ChatGPT conducía a un aumento del 12,1% en la realización de tareas y a una reducción del 25% en el tiempo empleado. Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, utilizar la IA para tareas que excedan sus capacidades se tradujo en un descenso del 19% en la precisión de la resolución de problemas. BCG incluso acuñó una frase para esto: la «frontera tecnológica irregular». No todo son ceros y unos y hay que elegir con sabiduría.

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